Siendo niñera por 12 días

Siendo niñera por 12 días

El es Louis, un bello Cavalier King Charles Spaniel de 6 meses de edad. La fiel y segura Wikipedia los define como perros de compañía, alegres y activos. No podría haber definido a Louis de mejor manera. Louis me acompañó por 12 días mientras su papás humanos hacían un viaje. Es un perro increíblemente adorable, ama la compañía humana, en extremo amigable, al punto que exigía trabajar dormido en mis piernas (y hasta que mis piernas se durmieran en el proceso). Le gusta mucho la atención y yo disfrutaba dársela pero en momentos se convertía en un reto.

Fotos: Daniela Reverón @notso_lonely_planet

Fotos: Daniela Reverón @notso_lonely_planet

Cuidar a Louis fue una experiencia bella y desafiante, nunca culpa del can todo culpa de la cuidadora. De todo aprendemos lecciones, o así me gusta verlo, no hay momento de la vida que no nos esté enseñando o recordando algo. Bien dice una frase que lo que tengas que aprender la vida te lo seguirá poniendo en el camino hasta que aprendas la lección, estas fueron las que cuidar de Louis me dejó:

  • Imaginar lo que queremos también require imaginar la realidad. La frustración y la desilusión de los sueños cuando se convierten en realidad es lo poco realistas que imaginamos lo que será. Por ejemplo, esta bien desear una casa grande de grandes ventanales y techos altos, imaginar un gran patio y la idea de decorar cada espacio. Imaginar lo que queremos de ese sueño es mágico, es motivación es inspiración, pero no imaginar también los detalles es una grave omisión, porque si bien habrá mucho que disfrutar, la limpieza de esas ventanas, el mantenimiento y el polvo de esos lugares no hace parte del sueño pero si de la realidad.

    Ahora, la lección no esta en dejar que esto nos desanime, pero una vez más quien vive de expectativas muere de realidades, imaginar lo que queremos de manera realista con sus altas y bajas, hace que los sueños se conviertan en realidades mucho más placenteras.

    Cuidar a Louis en mi mente significaba tener su compañía, jugar con el y disfrutar del amor de un perro. Mi realización llegaría días después cuando no estaba preparada para tener que salir de mi casa en mitad de una tormenta para sacar al perro, en que debía interrumpir mis actividades por darle toda mi atención, Louis es un cachorro, y hace lo propio de los cachorros, aventurarse, descubrir, explorar y morder, y aunque debo reconocer que entiende un "no" y que no tenía accidentes en la casa, tener que estar al pendiente todo el tiempo mientras hacía mis propias actividades si llegó a desesperarme. De nuevo, nunca culpa de Louis, solo de la niñera.

  • Paciencia. Quizá llevo mucho tiempo siendo responsable sólo por mi, disfruto mis rutinas, decidir mis tiempos, mis momentos, mis actividades y a qué le doy mi atención. Cuidar una criatura de 4 patas con 6 meses de edad, aunque tenga la cara más hermosa y quiera llenarte de cariño, redefinió mis tiempos. Mi siesta del fin de semana se vio interrumpida por un conejo de peluche babeado en mi cara, era mi señal de ponerme a jugar, dormir tendría que esperar. Aprender a respirar en esos momentos y no culpar a la pobre criatura de la que me hacía cargo era justo y necesario.

  • Recordar disfrutar de los momentos. Usualmente lo que nos produce frustración o nos saca de la zona de confort, nos hace olvidar vivir el momento. En ocasiones donde la atención a Louis me obligaba a dejar de hacer lo que necesitaba, me agobiaba demasiado, me cuestionaba las razones y lo consentía casi que por obligación. Momentos más tarde su carita me recordaba su belleza y me sentía culpable por dejar la frustración pesar más que el momento, no me quedaban muchos días más de darle besitos a esa hermosa bola de pelos.

  • Si tienes elección, haz las cosas cuando estés listo. Esta quizá no tiene mucho sentido pero cuidar a Louis me hizo darme cuenta que no estoy lista para ser mamá perruna y mucho menos mamá humana. Aplaudo increíblemente a los padres de ambos tipos de especies, pero aún más a las madres y padres solteros, velar por otra vida que no es la propia y con muy poca ayuda (agradecimientos a Dani por acompañarme a sacar a Louis) debería considerarse un hito.

Amé mi tiempo con Louis, lo extrañaré a el, sus pelos y sus pedos, agradezco su compañía, sus lengüetazos y lo que me enseñó en el camino.

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Pd. Dakota será por siempre mi más grande amor.

Atentamente, Luisa.

Incomodarse, agradecer, reconocer, educarse y cambiar. 


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