Escribir para liberar
Como piscis soy muy sensible y absorbo y absorbo, y al final del día todo cansa, pesa, estresa, desgasta.
Estamos en medio de una pandemia, de inequidad de género, de discriminación de raza, de intereses políticos, de problemas ambientales, de políticas de armas, de brutalidad policial, acaso faltó algo por mencionar?
Involucrarse está mal, no hacerlo mucho peor. En unos debería participar más porque tengo la responsabilidad y en otros no debería hablar porque no es mi lucha ni tengo la educación. Si levanto la voz por la discriminación de raza, por qué no lo hago igual con las comunidades indígenas, por qué no con las de mi país, y si lo hago por mi país, entonces por qué “huí” por qué me fuí.
En unos porque debería ser mi causa y en otros porque no lo es.
En un mundo que clama unión, apoyar una causa ahora es un error, y aunque nos obligan a elegir, hacerlo parece herir.
Si esperamos tener el conocimiento para apoyar todos los problemas sociales que enfrentamos, 1. No terminaremos participando en ninguno y 2. “Por que sólo los sociales?”. Es la voz la que nos une, no se trata de herir, se trata de subsistir. Parece que no hay manera de ganar, nos destruye nuestra falta de empatía, nos sobra la ira, la verguenza, la mentira.
Hoy no tengo respuestas, no se que decir si lo que digo no es correcto, porque al parecer la palabra “correcto” sobra en el diccionario, hoy en día nada lo es y no hay manera de acertar.
Le tengo fé a la humanidad, pero como buena fé es una creencia de lo que no puedo ver porque a veces pareciera que el odio le está sacando ventaja al amor, la envidia a la compasión, la frustración a la ilusión.
Quisiera más unión sin peros ni interrogantes, sin juicios sin reproches.
Y esta es mi manera de descargar, de descomprimir, mi vehículo de libre expresión, mi palabra, mi proyección.
