El juego del “pero”

El juego del “pero”

‘Amaneció soleado pero va a llover’, ‘tengo hambre pero no quiero cocinar’, ‘tengo que limpiar la casa pero me da pereza’, ‘quiero un café pero no quiero caminar’...

Oh! el bello poder del ‘pero’, para todo hay uno, y donde no lo hay lo inventamos: “me gustaría eso pero… ay, yo no sé!” El mejor amigo de las excusas, inseparables compañeros. En internet lo llaman la conjunción adversativa por excelencia, la usamos tanto que fallé en intentar contar la cantidad de veces que la decía en un día. Justo el día en que lo intenté me encontré escribiéndola en mi diario tantas veces que parecía que lo hacía a propósito, parecía que intentaba encontrarle el ‘pero’ a todo. 

Así que después de analizarlo por un momento, me inventé un nuevo reto - cada semana me pongo retos raros para mi entretenimiento personal, una vez probé no gastar en cosas innecesarias, el resultado? Convertí lo innecesario en necesario (sin comentarios :( ) - este consistía en evitar decir la palabra ‘pero’ en los mensajes que escribiera. No incluía mensajes en inglés (porque de por si me cuesta a veces encontrar las palabras), y no incluía conversaciones de voz, es decir, solo whatsapp y en español. 

Usualmente mis retos no tienen reglas porque ellas los hacen complicados y menos divertidos, pero evitar usar la ‘conjunción adversativa por excelencia’ es DEMASIADO DIFÍCIL. Tuve que ser consciente de todo lo que escribía, me dolía la cabeza tener que detenerme y pensar como podía estructurar la oración para que tuviera sentido mientras evitaba usarla. Estas fueron algunas de mis reflexiones:

  1. La mejor opción? Reemplazarlo por puntos y sonar como simio: “Hace sol. Puede que llueva” o “Quiero comprar un cactus. No tengo dónde ponerlo” - Era la más divertida, me reía mucho cuando me encontraba escribiendo en clave morse.

  2. Usar otras conjunciones adversativas: mas, aunque, sino, etc.

  3. Buscar otras opciones para escribir las oraciones, sin duda la mejor alternativa. Me hacía repensar la necesidad de usar esa palabra, y en el mejor de los casos evitar las excusas para tener que usarla. Por ejemplo, en lugar de decir “quiero café pero me da pereza caminar”, pues iba por el café, era feliz con mi cafeína y además evitaba buscar una manera de cambiar la oración - si soy así de terca -.

  4. Fallé. Sin duda el ‘pero’ es una de mis palabras favoritas. Aún cuando intentaba conscientemente evitarlo, al buscar en mis conversaciones de la semana en qué ocasiones había evitado usarlo, me di cuenta que fallé épicamente en el intento, para todo había un ‘pero’.

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No digo que el ‘pero’ sea necesariamente una mala palabra, definitivamente hay muchos sentidos donde es necesaria y aplica perfectamente, pero al final es una palabra que se opone a algo, y me cuestiono mucho si es tan necesaria. Si por un lado mi manera de hablar es tan dispersa o comunicativa que requiere usar el ‘pero’ para contar una historia de manera completa, o si por otro lado, el uso del ‘pero’ es un reflejo de eso, de siempre intentar buscarle el ‘pero’ a las cosas. 

Me divirtió este reto, aprendí de todo a lo que le encuentro excusas y aprendí también que se pueden contar historias de manera diferente, si creo que no usarla convirtió inconscientemente mis historias en unas más positivas. 

Atentamente, Luisa.

Incomodarse, agradecer, reconocer, educarse y cambiar. 


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