Carta a Luisa de 17 años…
A veces quisiéramos que los años fueran un poco más justos, que nos dieran pistas para saber si lo que hacemos es correcto, si estamos tomando las decisiones correctas o estamos haciendo lo que es mejor para nosotros. Aunque creo en el destino, no creo que haya un sólo destino, creo que hay miles, millones, y cada decisión nos encamina hacia uno diferente.
En la entrada de hoy quise escribirle una carta a mí ‘yo’ de hace 10 años.
Querida Luisa,
Hoy el mundo vive algo que tú jamás te imaginarás, estamos en medio de una pandemia que nos ha obligado a cerrar fronteras, quedarnos en casa y mantenernos alejados de todos los que amamos. Pero no temas, ya que aprenderás que este es sólo un momento en el mar de momentos que componen tu vida, que como muchos otros que te podrán asustar, también pasará. Así que este es mi primer mensaje para ti: ten fé porque todo pasa, cuando te sientas derrotada, cuando te rompan el corazón, cuando sientas que tomaste la decisión equivocada, recuerda que todo es pasajero. Pero como todo lo malo, lo bueno también lo es, así que saboréate cada momento, gózalo, siéntelo, vívelo, ama, ama muchísimo, arriésgate, roba esos besos que quieres robar (créeme, será la mejor de las aventuras),
sigue tu intuición e ignora a la razón, porque el mundo se encargará de amarrar tus sueños, y sólo tú podrás romper esos límites y conseguirlos.
Recuerda creer en ti por encima de todo (pero jamás por encima de Dios), no dejes que tus inseguridades controlen tu vida, sé fuerte, sé constante, sé persistente, sé paciente, aprende a leer las señales, y sé cuidadosa. Sé critica, en tus decisiones y en tus elecciones. Sé valiente, cada prueba en tu camino está ahí porque la puedes superar y para enseñarte una lección. No le temas a fallar, lánzate a los desafíos sin miedo, ellos te van a dar las mejores experiencias. No critiques, no juzgues, no subestimes y no guardes rencor.
Trabaja por una causa y no por un aplauso, tus sentimientos de realización valen más que el reconocimiento de los demás. Levanta la voz, no dejes que te callen, defiende tus palabras y tu sentir siempre que vengan para aportar, sé justa. Aprende a ahorrar, no gastes en cosas que no necesitas, enfrenta tus miedos y no te escondas en las compras o en la comida.
Sé un “work in progress”, no busques de ti la perfección, busca la felicidad.
Nunca pierdas tu carisma e inocencia pero no entregues tu confianza a cualquiera que la pida. No te tomes las cosas personales. Perdona y deja ir... aprende a dejar ir (consejo a Luisa de 17 y a la de 27). Acepta las cosas como son y no como quieres que sean, inspírate en tus sueños pero vive de realidades, lucha incansablemente por lo que quieres, no permitas que limiten tus ideas.
Y por último, ama, ama mucho, ama de verdad.
Pero si todo lo que te he dicho antes te parece demasiado, sólo te digo que sigas siendo tú, porque todo lo que soy hoy es gracias a quien y como eres. Te quiero mucho, y tú también aprenderás a quererte.
Atentamente, Luisa.
… Y mientras escribía esta carta me di cuenta cuánto de Luisa de 17 aún conservo y que hay cosas que no se las escribo solo a esa niña, sino a esta mujer que soy hoy. Tanto que aprender de esa niña, y tanto que aprender para hacerle honor a quien quiero ser.
