De cuando intenté usar una dating app…

De cuando intenté usar una dating app…

Para variar un poco el contenido que abunda en las redes durante los últimos días y dado que escribir es mi terapia, y aun mejor cuando me puedo reír de mí misma, decidí escribir acerca de una de mis experiencias más …. graciosas/incómodas. 

El siguiente Gif lo resume todo (por si le da pereza leer)

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Para quien no ha leído ninguna entrada anterior, se las resumo, me rompieron el corazón y decidí escribir un blog. Algo así como una wannabe Carrie Bradshaw, pero latina y en Irlanda, en lugar de NYC. 

Además de decidir escribir un blog como manera de llevar mi experiencia, como buena millennial, decidí descargar una aplicación de citas. Entre muchas razones lo hice porque se me hizo una manera fácil de conocer gente (y de poder ignorarla, también). Así que por primera vez en mi vida me aventure en esta emocionante experiencia de conocer gente por una aplicación. 

Sin conocer mucho del juego pero habiendo escuchado suficiente, me mantuve alejada de Tinder, y me fui por una que en teoría daba más información de las otras personas. Así que la descargué un domingo en la noche y creé mi perfil, por supuesto con mis mejores fotos. La primera parte divertida ocurrió cuando debía “venderme” de manera interesante para atraer una persona del género opuesto: Linkedin, si; Dating app, no mucho. Así que mostré lo mejor de mí, lo socialmente rara que soy. Soy super querida una vez me conocen, pero en el primer paso de aproximación, es más accesible el muro de Berlín que yo.

Después de llenar las preguntas que me hacía la aplicación para que los hombres decidieran si eso les atraía lo suficiente, y de golpearme la frente contra la pared por media hora dándome cuenta que ni yo misma me daría “like” con esas respuestas, se completó mi perfil. Siguiente reacción “qué carajos hago aquí? Mejor la voy a cerrar”. Pero en contra de todos mis instintos, no lo hice, por lo que desafortunadamente comenzaron a aparecer fotos de hombres en cortas pantalonetas, más blancos que Drácula en invierno (lo siento Irlanda pero es la verdad), abrazando un balón, y con un nombre impronunciable.  

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Así descubrí, después de más de un año de vivir en Irlanda, la existencia del fútbol gaélico, es como el Rugby pero diferente (disculpe la ignorancia, no entiendo el rugby, menos el llamado fútbol gaélico). Y una de dos, o el mercado de la aplicación es de jugadores de fútbol gaélico, o todos los hombres en Irlanda lo juegan (al parecer es muy popular también entre las mujeres), no lo sé, ni me importa, sólo sé que sus cortas pantalonetas me producían mucha confusión, no me atraían, vaya. 

Sobra decir que esos son jugadores profesionales y que así no se veían en la aplicación (sino la historia que estuviera contando sería diferente).

Sin embargo, no voy a mentir, habían perfiles interesantes, con potencial, pero una vez pasaba a la clásica conversación de “hola”, “de dónde eres”, “qué haces aquí?”, “qué estás buscando?”.... eliminé la aplicación 7 días después. En mi defensa la tuve por 7 días, bueno? Y por la curiosidad, no estuve lo suficiente para tener un prospecto interesante (léase el siguiente apartado de mis reflexiones).

Aquí mis reflexiones:

  1. Lo que más me hizo perder el interés fueron los mensajes a las 2, 3, 4am de los Irlandeses borrachos. No bro, se supone que no era Tinder, y no bro, apenas te conozco, por qué habría de responderte a esa hora?

  2. Me cuestan mucho las interacciones iniciales, con los hombres y en cualquier otro espacio. Las primeras conversaciones de cómo te llamas, qué haces, cuántos años tienes, etc, para mí son necesarias pero dolorosas. Hay gente que las desarrolla fácil, para mí es más fácil interactuar cuando ya pasamos esa parte. Soy extrovertida y conversadora cuando no se trata de conocernos. Admiro a quienes sí pueden con eso, conmigo asume que ya nos conocemos. 

  3. Por lo anterior, creo, y esta es sólo mi opinión personal, personalmente, mía y sólo mía; que estás aplicaciones funcionan muy bien para dos tipos de personas:

    1. Quienes van a lo que van, directo al grano, donde la parte dolorosa de las introducciones es irrelevante.

    2. La gente paciente, quienes son capaces y quieren dedicarle el tiempo a entablar relaciones.

En mi caso, sólo lo hacía por exploración, y no tenía interés ni de ser paciente, ni de nada casual, es más, creo que no tenía ningún interés.

Puedo decir que me reí bastante de algunos perfiles, de lo socialmente incómoda que soy, de mis pensamientos fatalistas de “me voy a quedar sola”, y de toda la experiencia en general. De si lo volvería a intentar? No lo sé, por lo menos por ahora, no. El chiste se cuenta sólo.

Cuénteme su experiencia, deme consejos, ayúdeme o riámonos juntos si como yo, eso de las dating apps tampoco es lo suyo. 

Ahora, lávense las manos y quédese en casa. Gracias. 


Carta a Luisa de 17 años…

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Y eso de la sororidad si existe?

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