La ignorancia no nos hace exentos

La ignorancia no nos hace exentos

Casi he llegado a la conclusión lamentable que el mayor obstáculo de los negros en su marcha hacia la libertad no lo son Consejos de Ciudadanos Blancos ni el Ku Klux Klan, sino el blanco moderado más devoto del ‘orden’ que de la justicia, partidario de la paz negativa que es ausencia de tensión y no de la paz positiva que es presencia de justicia” Martin Luther King Jr. ‘Carta desde la cárcel de Birmingham’

Quizá haya sido la tendencia, quizá haya sido la presión social de la empresa en la que trabajo, quizá haya sido el sentirme cohibida a hablar por falta de conocimiento, o quizá haya sido todo lo anterior. Sea cual sea que haya sido la razón decidí educarme y cuestionarme más acerca del movimiento de ‘Black Lives Matter’ (las vidas negras importan).

Mi sorpresa fue encontrarme en el proceso, cuando siempre me consideré anti-racismo, racista. 

Hoy no se trata de mí, no se trata de culpas ni responsables, se trata de reconocer las cosas como son, llamarlas por su nombre y tomar acción. 

Cómo podía ser racista si apoyé a Obama y soy fan de Beyoncé? Así, de la misma manera que nunca me pregunté por qué sólo recuerdo dos personas de color en mi época de colegio (de verdad lo he pensado, y no puedo contar más de dos). Aún peor, no me llega a la cabeza una sola en la universidad. Y seguro si usted estudió conmigo puede mencionar algunos más, y muy probablemente regresen a mi memoria, pero si aún esforzándome sólo puedo contar un par es porque quizá no fueron relevantes en ese momento, o sencillamente, porque no estaban presentes. Hoy entiendo que no pueden haber conversaciones de inclusión racial cuando quienes están del otro lado del espectro del privilegio blanco no hacen parte del grupo. 

Peor aún, cuando me cuestioné esto, mi primer instinto fue justificar mi ignorancia a partir de mis propias características, ser mujer y ser latina - “claro que sí, claro que entiendo la discriminación” pensé - Pero igual que un hombre jamás sentirá la frustración, rabia y dolor de una mujer, yo jamás entenderé el sentir de la discriminación por el color de piel, indistintamente de cuantas características discriminatorias tenga (género, preferencia, orientación sexual, nacionalidad, etc). La ignorancia no nos hace exentos. 

Mientras leía y veía documentales sobre el problema racial en Estados Unidos, me repetía una y otra vez que en Colombia no podía pensar que ocurriera algo similar, pero entendí que mi privilegio blanco me protegía, que usted que está leyendo esto y quizá esté diciendo que en Colombia no lo vivimos, igual que yo, está muy equivocado. El silencio sobre las minorías no soluciona el problema, sólo hace un buen trabajo en ocultarlo:

“Entonces se quitó la conversación, la dejamos guardada en el cajón y eso permitió que en la práctica se desarrollara de una forma muy sofisticada y silenciosa de racismo, de manera que no es tan evidente, que se confunde con clasismo, con los supuestos estándares de belleza, con la diferencia con la gente bien, porque nunca estuvo en la conversación abierta.” (Vallejo, Forbes Mexico, 2020)

Esta frase, sin embargo, es de una entrevista de Forbes México. No, no me confundí… Quizá cuando me mudé a México fue cuando tuve más contacto con gente de color, pero esto no implica en lo absoluto que no haya un problema racial, como lo dice el artículo, tanto en México, en Colombia y en todo América Latina (Anderson Arboleda tampoco volvió a respirar) hemos sabido disfrazar las prácticas violentas de discriminación por unas más sutiles (y en muchos casos nos ahorramos las sutilezas).

No pretendo remediar mi ignorancia y eliminar mi privilegio blanco al compartir esto, desafortunadamente e independientemente de lo que yo diga, entiendo que a la gran mayoría no le importará, muy probablemente porque es blanco o porque cree que realmente no es un problema en nuestros países, o que hay problemas más graves o que sólo lo hago porque es tendencia en nuestro país vecino; pero de nuevo, sea la razón que sea, está en cada uno educarse, identificarlo y llamarlo por su nombre. No es un problema de Estados Unidos, es un problema de todos, es una realidad que quizá en sociedades donde las voces parecen sonar más fuerte se hace más tangible pero sigue siendo una realidad para todos nosotros. 

Si no me cree lo invito (por curiosidad o por juzgar) a leer el blog de la próxima semana.

Vale la pena ojear…

*Agradecimientos a mi hermano, Santiago, por sus aportes de libros que educan.

Atentamente, Luisa.

Nota 1: revise los hipervínculos para más información

Nota 2: El tema es mucho más complejo para América Latina. En Estados Unidos el término que utilizan es BIPOC - Black, Indigenous, People of Color- (Negro, Indígenas, Personas de Color) - Si en Latinoamérica habláramos de la discriminación a las comunidades indígenas no habrían suficientes entradas de blog que me permitieran discutirlo. No se trata de un sólo racismo, ni un sólo tipo de discriminación, pero está sólo en nosotros entenderlo, educarnos y levantar la voz por todos ellos.


Para los que se sienten exentos

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