A propósito del día de la madre
Yo soy del pensamiento que ser madre es sin duda el trabajo más difícil y peor pagado que existe. Se trabaja horas extra y no hay vacaciones de por vida. Te causa dolores de cuerpo desde el principio y luego dolores de cabeza el resto de vida, manejas sustancias peligrosas, te toca repetir el colegio y no te dan título por hacerlo. Adaptarse es mandatorio porque trabajan con múltiple personalidades, en un día y en una vida. Desde que se murió mi bonsai, entendí el poco valor que le solemos dar a tomar la responsabilidad por otra vida.
A veces creo que admiramos tanto a nuestros papás que solemos olvidar que también son humanos, que igual que nosotros, cometen errores, que aunque los veamos como la última fuente de verdad, no existe un manual para ser el ser humano perfecto y aún menos el padre o madre perfecto. La lección favorita que he aprendido de mi mamá, y la razón por la que más la admiro, es porque me enseñó que no nos definen nuestros errores. Existen momentos en la vida en los que quizá no actuamos de la manera correcta, por cualquier razón que sea, pero no son esos momentos los que nos definen. Nos define nuestra capacidad de reinventarnos, de crear la vida que queremos, de resaltar los momentos en los que somos más nosotros, de aprender de nuestras fallas y convertirnos en una mejor versión.
Mi mamá es la mujer perfecta porque yo elijo verla con ojos de amor, y esa es otra gran lección. Cuando elegimos los lentes que le queremos poner a cada situación, la situación cambia, porque a veces dice más la percepción que la realidad. Uno no admira a las personas que llevan una vida perfecta, admira a las personas que saben superar obstáculos, que le ponen verraquera a la vida, que se caen y encuentran la manera de levantarse.
Cuándo me preguntan cómo es mi mamá, siempre digo “mi mamá es una loca”, porque habla duro, es bromista, nada le da pena, es farandulera, es caritativa, tiene un corazón enorme, es amable, pero es terca, pelea sola, sólo llora de risa, se rompe un dedo y no se queja, pero duerme mal y …’deje así;, le hago esta dedicatoria pero nunca me va a perdonar que haya escrito que fuma, tiene más historias que un cuentero, ve novelas turcas, vive su vida a su manera, una que sólo ella entiende. Mi mamá es como es, que si es perfecta o no? no me corresponde a mí decirlo, pero mientras ella sea feliz, yo soy feliz. Aplaudo sus aciertos y ruedo los ojos con sus desaciertos, pero la amo porque es mi incondicional, y creo que por eso el amor de madre es el amor más grande, porque no se mide con la vara de la perfección, se mide con la de ser quien siempre estará cuando todo lo demás nos falle.
Te Amo Momchink
Atentamente, Luisa.
Pd. Sean amables con el mundo, sean amables con ustedes, pero sobretodo sean amables con sus papás. La gran mayoría hacen lo mejor que pueden con poca o ninguna guía. Agradezcan y admiren su valentía.